POLITICA | POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL
Las carpas y la estrategia kirchnerista para demorar el tratamiento de las retenciones. Roberto Andrés Gallardo y la Justicia sometida al poder político. ¿Renunciará Julio Cobos?
Se escribieron nuevos capítulos en la pugna entre el agro y el Gobierno Nacional frente a la problemática de las retenciones. Las carpas oficialistas y la táctica de siempre para copar el espacio PUBLICO.
Declaró recientemente el intelectual Jorge Asís -y con razón- que Néstor Carlos Kirchner ordena copar el espacio público pues es allí y en las calles donde se define la caída de los presidentes argentinos. El nuevo capítulo de confrontación, manufacturado desde el oficialismo, en perjuicio del sector agropecuario ha encontrado su razón de ser en la instalación de campamentos para nada improvisados desde donde se pretende defender las lamentables iniciativas de la Casa Rosada. Campamentos dotados de televisores LCD, calefacción y otras tecnologías que ayudan a pasar el rato.
En ese interín, ha cobrado notoriedad -una vez más- la figura del cuestionable juez Roberto Andrés Gallardo quien, a contramano de lo que se espera de un magistrado serio, ha dado pista libre para la ocupación del espacio público, toda vez que ello coadyuva a las políticas del kirchnerismo de provocar y confrontar. El juez Gallardo ya había tomado protagonismo en ocasión de las cesantías que, justificadamente, el macrismo había promovido en la órbita pública de la Ciudad de Buenos Aires. Gallardo, como bien se sabe, tiene estrechos vínculos con los sectores más recalcitrantes de los derechos humanos y que, como es costumbre, no tienen ni han tenido eco jamás entre los votantes. Pero allí están, siempre listos para entorpecer cualquier iniciativa que provenga de núcleos que no comulguen con su impopular ideología. También se conoció en su momento que Gallardo se hallaba en buenas relaciones con la jueza Helena de Liberatori, otro dolor de cabeza de magnitud para Mauricio Macri y los porteños que lo han votado masivamente en las últimas elecciones para alcalde en la Capital Federal.
Acude Gallardo ahora en auxilio de la Casa Rosada para garantizarle la toma de la Plaza de los Dos Congresos, no vaya a ser que los ruralistas lleguen primero y se hagan con los sitios de preferencia y hagan oír con fuerza sus gritos de bronca contra un palacio legislativo corrompido hasta el hartazgo, muy especialmente desde la llegada de Néstor Kirchner al poder. Nadie puede ser tan hipócrita como para negar que la "caja" de la Rosada ha venido siendo utilizada sistemáticamente para comprar los votos necesarios en las sesiones ordinarias y extraordinarias del Congreso de la Nación. Por estas horas, todo mundo sabe perfectamente que la discusión por las retenciones jamás tendrá lugar y que el famoso artículo 125 no será tratado por legislador oficialista alguno. El tironeo por la cantidad de diputados necesarios para que el kirchnerismo garantice la estafa de las retenciones es pura cháchara para la manada y para mantener ocupados a los medios, cómplices, como siempre. Con respecto a la discusión por las retenciones, recientemente se escuchó a un periodista conductor de TN en horario de mediodía criticar a los chacareros por pedir celeridad en el tratamiento del tema en el Congreso. "Los tiempos que se exigen no son siempre los que uno pretendería", disparó, provocador. Con lo cual queda lo suficientemente claro que el periodismo, en horas de crisis, solo sabe echar más nafta al fuego. A veces concienzudamente, a veces por pura ignorancia o simple iniquidad.
Mientras tanto, muchos porteños se preguntan por el verdadero objetivo del tristemente célebre juez Gallardo quien, dicho sea de paso, ha sabido decorar su despacho con fotos de Lenin, Salvador Allende y Ernesto "Che" Guevara, haciendo clara gala de su herrumbrada militancia comunista. Y reflexionaba correctamente Mauricio Macri, diciendo oportunamente que a Helena Liberatori nadie la había votado, y sin embargo ella insistía en manejar las finanzas de la Ciudad como propias. Pues bien, idénsticas sospechas recaen ahora sobre el impresentable Roberto Andrés Gallardo. Al fin y al cabo, los mencionados son dos ejemplos que refieren inequívocamente al estado actual de la administración de justicia en la Argentina, monopolizada por jueces sin nombre que buscan notoriedad mediática a partir de fallos irremediablemente extemporáneos. El error más grosero de Gallardo, para hablar del ejemplo de las carpas, es que, al operar para favorecer al kirchnerismo no se ha percatado de que su decisión empuja un poco más al país hacia la vera de la confrontación callejera, habida cuenta de que la carpa de los ruralistas se encuentra a pocos metros de los campamentos de los militantes kirchneristas. Ha reportado el sitio web Seprin.com hace pocas horas que el costo del mantenimiento de las carpas hasta el momento asciende, para el Gobierno Nacional obviamente, a un total aproximado de $300,000, cifra que alcanzará el millón de pesos ni bien se cumpla una semana de su instalación.
En la novela de las carpas se percibe el desinterés absoluto de Kirchner y sus acólitos por el respeto a la ley, y de paso se deja entrever, también, el desprecio que la Casa Rosada tiene para con los ciudadanos de Buenos Aires. Las burlas del irreverente Ministro de Justicia y Seguridad Aníbal Fernández contra el Jefe de Gobierno Mauricio Macri y su mano derecha, Horacio Rodríguez Larreta, terminan de reflejar la contundencia de las pruebas.
Pero Kirchner tiene miedo. No en vano se ha esforzado en ordenar a sus manifestantes la toma de la Plaza de Mayo y otros sitios, en ocurrencia de los recientes cacerolazos : aquí se termina de confirmar la sospecha reportada por este medio, al respecto de que el Gobierno Nacional ya no ejerce control sobre las fuerzas de seguridad, mucho menos las Fuerzas Armadas. Solo resta enviar a piqueteros y gremialistas de segunda para intimidar y cerrarle el paso a manifestantes espontáneos quienes, representando actualmente a más del 80% de la ciudadanía, ya quieren ver al matrimonio presidencial fuera del poder sin mediar un minuto más. Alguien dio la orden de repeler a golpes de puño, piedras y palos a grupos que, en una primera concentración, habían elegido la Quinta Presidencial de Olivos para hacer conocer su descontento. Aún más, El Ojo Digital pudo comprobar que dos tanques del Ejército Argentino del tipo TAM custodiaban la Residencia desde su interior. Las presiones y amenazas a las que se debió recurrir desde el poder para contar con aquel armamento pesado para defender a los Kirchner son parte de otra historia, igualmente escalofriante.
Otro dato recientemente publicado por algunos medios de Internet bien informados : el Vicepresidente Julio Cobos se encuentra a la vuelta de la esquina de presentar su renuncia. Néstor Carlos Kirchner no quiere siquiera contemplar esta posibilidad y sus consecuencias, pero lo cierto es que Cobos ya no tiene razón de ser dentro del gobierno. Resultado : el ex presidente se encuentra encerrado en un laberinto sin salida. No tiene argumentos para retener al vice de Cristina, pero tampoco puede tolerar mucho tiempo más su alejamiento de la visión que impera en los núcleos del poder. Las declaraciones de Cobos se clavan como dagas en el vientre del matrimonio presidencial, cada vez que toma la palabra ante medios televisivos y la prensa escrita.
Finalmente, un comentario sobre lo que vendrá : las retenciones a las exportaciones agropecuarias no sufrirán modificaciones en el palacio legislativo, y los chacareros volverán, inexorablemente, a las rutas. La única duda que persiste es cuándo comenzarán los enfrentamientos entre los referentes de las carpas kirchneristas y los ruralistas que se hallan a unos pocos metros de ellos en la Plaza de los Dos Congresos. Hablando ahora de los futuros cacerolazos, es indudable que recrudecerán en sus formas y que se verán magnificados a la hora de considerar el número de concurrentes. Pero a los manifestantes no les quedará otro camino que dejar las medias tintas en sus casas : esta vez tendrán que enfilar hacia Plaza de Mayo y quebrar la última línea de defensa del kirchnerismo. De otro modo, Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández -hoy, una mera figura decorativa que ni siquiera toma decisiones- encontrarán la manera de encaramarse al poder de aquí a 2011.
Para finalizar, un detalle no menor, que bien merece la pena destacar : la estrategia mediática del Gobierno Nacional ha caído ya en desgracia. Una de las últimas operaciones con las que se ha intentado contaminar e intoxicar desde el poder ha sido el supuesto secuestro de Pablo Micheli, secretario de ATE, a manos de desconocidos. Mientras la Presidenta Fernández de Kirchner hizo alusión directa a la posibilidad de que los ruralistas estuvieren detrás del hecho -presunción ridícula si las hay-, ningún medio serio reportó el incidente. En otras épocas, Diario Clarín hubiera acudido raudamente a reportar la noticia.
Mientras tanto, y mientras Ud. lee estas líneas, en el peronismo disidente ya se ha dado comienzo al debate que incluye los nombres y apellidos de aquellos fieles súbditos del kirchnerismo que se candidatean a desfilar por los tribunales. Próximamente, se conocerá la lista completa de los integrantes de la caza de brujas que viene y que -ya se ha advertido- no gozarán de ningún tipo de amnistía. ¿Será esta una de las razones por las cuales el Vicepresidente Julio Cobos se propone abandonar el barco a tiempo? En cualquier caso, solo se puede adelantar que el piquetero Luis D Elía será una de las estrellas. Su única vía de escape bien podría ser aquella por la que han optado algunos guerrilleros de las FARC, que recibieron asilo político en Nicaragua, de la mano del mandatario que -sin lugar a dudas- más carcajadas suscita en la América Latina, el ex sandinista Daniel Ortega.
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